NOTA 19: CELINA PENNISI “Es importante seguir sosteniendo e incrementando el consumo de vino per cápita”
By CLAUDIA CORIN - 14:34
Celina
Pennisi es Sommelier, en pocas palabras es “exquisita”.
Una de las
MUJERES DEL VINO ARGENTINO, que como muchas, no se ve tanto su nombre en las
marquesinas con luces, pero que iluminan este hermoso mundo para darlo a
conocer.
También es Diseñadora Industrial, Martillero Público y Corredor de Comercio.
Hablamos
de sus comienzos en el vino: “A mi papá le gustaba jugar con el vino cuando
íbamos a comer a un restaurant. Que el mozo le sirviera un poquito y él lo
olía, lo degustaba. Luego lo aprobaba para que le fuera servido en la copa que
por aquel entonces no era un copón ni mucho menos. Suspiraba. Después lo iba
bebiendo con gran placer y sofisticación sorbo a sorbo durante toda la comida.
Yo era muy chiquitita y esto me causaba mucha gracia. El momento esperado era
el servicio del vino y este juego con mi papá en el restaurant cuando nadie
casi sabía qué significaba ser Sommelier”, inicia así la charla Celina.
Continúa
contándonos: “Yo le preguntaba para qué hacía eso y él me decía que para
conocer si era un buen vino. ¡Muchos años después me di cuenta que en realidad
lo hacía con todos! Era sólo un juego conmigo. Pero a medida que fui creciendo
mi papá descubrió también que yo tenía facilidad para diferenciar aromas y
sabores y comenzó a decirme: “Vos tenés que ser Sommelier” pero esa carrera no
existía ni en Mendoza ni en Argentina por aquellos años. Además yo era muy
joven y no entendía cabalmente qué significaba eso de ser Sommelier. Pero la
vida me fue llevando, sin pensarlo siquiera, por esos mismos caminos y lo que
comenzó como una actividad recreativa se transformó en un mandato cuando
comencé a pensar que siendo mendocina tenía la obligación de conocer acerca de
vinos porque si alguien de afuera me preguntaba era una vergüenza decir “no sé”
y así empecé a capacitarme y mi desafío una vez dentro de la profesión fue ser
aceptada en concursos internacionales, que es el rol que desempeño ahora y que
siempre es ad honorem, en cualquier parte del mundo”.
Es
conocido que Celina es jurado internacional en muchos concursos que se realizan
en el país como en el exterior.
“Mi
trabajo en el mundo del vino es eventual. Para mí es pura satisfacción sólo el
hecho de ser convocada para participar como jurado en un concurso. Mi libertad
es plena ya que no tengo vínculos comerciales con nadie”, sigue su conversación
con Soy Más.
Agrega que
elegiría nuevamente esta profesión.
“No estoy involucrada
en la parte comercial de la actividad vitivinícola. Creo que este último tiempo
ha sido difícil para todos, pero tengo fe que con el nuevo rumbo económico del
país la situación va a empezar a recomponerse pronto”.
Mi aporte
al sector es la capacitación que he realizado en análisis sensorial”, comenta a
Soy Más.
“Creo que las
mujeres aportamos al sector desde la sensibilidad y la delicadeza de la
perspectiva femenina para enfocar la actividad”.
Preguntamos:
Qué futuro proyecta para el vino argentino, tanto en el país como en el
exterior? :“Mucho mejor espero, luego del cambio de políticas económicas a
través de la información que recibo de la prensa”.
“Creo que
si se planifica y se respetan los suelos esta situación hasta puede convertirse
en una ventaja y transformar ciertos emprendimientos en lugares únicos y paradisíacos.
Pero con tanto suelo virgen, considero que tampoco es absolutamente necesario
instalar todos los barrios sobre antiguos viñedos, olivares o fincas de
frutales. Tenemos que urbanizar siguiendo una buena planificación a largo plazo
teniendo una visión de la Mendoza que queremos para los próximos doscientos
años”.
“No imagino
Mendoza sin vitivinicultura. Sería como quitarle el alma”, concluye esta
primera parte de la entrevista.
¾ Perfil
- En cuanto a consumo, en la Argentina
hay una cultura del vino instalada? Cuáles son los desafíos? Qué falta por
hacer?
Creo que
la cultura del vino común que estaba instalada comenzó a debilitarse años atrás
con el consumo de cervezas, gaseosas, aguas saborizadas y otras bebidas con o sin
alcohol.
Una parte
del consumo de vino viró hacia lo snob, el maridaje, el consumo de gama media /
alta o el mito de “sólo para entendidos”. Considero que estos estadíos son
lógicos en la evolución y en la reconversión de toda industria.
Pero por
otro lado y pese a que lo que voy a decir puede que me genere enemistades, soy
una defensora del vino con soda. ¿Por qué?
¡Porque si
la gente no toma vino con soda directamente lo cambia por gaseosas!
Siempre pensé en esto pero me convencí completamente cuando asistí a una capacitación para enólogos con almuerzo incluido donde para poder seguir trabajando a la hora de la siesta sólo servían gaseosas. ¡¡¡Error!!!
Siempre pensé en esto pero me convencí completamente cuando asistí a una capacitación para enólogos con almuerzo incluido donde para poder seguir trabajando a la hora de la siesta sólo servían gaseosas. ¡¡¡Error!!!
¡La
respuesta debería haber sido tomar vino con soda! ¡Cuántos litros de vino dejan
de venderse por el sólo hecho de no rebajar el alcohol! ¡Todos crecimos tomando
vino con soda cuando éramos niños y lamento muchísimo que eso se haya ido
extinguiendo!
Obviamente
no todo vino es para sacrificarlo y deslucir la labor del enólogo pero
considero que no hay que ser tan purista en este aspecto. Hay “vinos y vinos” y
“situaciones y situaciones”. Aquí la importancia es seguir sosteniendo e
incrementando el consumo de vino per cápita.
Algo
similar pasa con el hielo. ¿Es vergonzoso ponerle hielo al vino? Hoy en día
parece que sí. Puede que no sea lo ideal, pero qué prefieren los enólogos: ¿que
compren la botella de su vino y le agreguen hielo y soda o que directamente
compren un agua saborizada y se queden con el vino sin vender?
Además, y no me da vergüenza decirlo, en pleno verano, cuando hace mucho calor y uno llega a la casa cansado y hambriento ¡no hay nada más refrescante que un vasito de vino con soda bien fresquito…! ¡¡¡Y con soda de sifón!!!
Además, y no me da vergüenza decirlo, en pleno verano, cuando hace mucho calor y uno llega a la casa cansado y hambriento ¡no hay nada más refrescante que un vasito de vino con soda bien fresquito…! ¡¡¡Y con soda de sifón!!!
Estoy
convencida que a la industria vitivinícola la hacemos entre todos y si todos
tomáramos, como más nos guste, un vasito de vino en el almuerzo y uno en la
cena se venderían muchos más litros de vino y se vería, además, cómo cada uno
suma poniendo su pequeño granito de arena!
- Piensa usted que todo lo relacionado
al universo del vino tiene una mística especial? Por qué?
Sí. Creo
que todo lo relacionado al universo del vino tiene una mística muy especial
¡porque el vino es especial!
Es una
bebida y alimento bajo el cual la humanidad se desarrolló durante siglos. En
cierta manera es inexplicable. Uno sólo lo siente, lo vive. Las palabras quedan
chicas o escasean para esbozar un concepto acabado. Y añado como ejemplo
personal: abrir una botella de vino que tenga corcho (descorchar) o una con
tapa rosca. ¿Se acuerdan de los fuegos artificiales que expliqué que debía
tener un buen vino? Bien. Viendo cómo se abre el mismo vino con tapa a rosca me
causa la impresión que los fuegos artificiales no lograron expresarse
completamente porque estaban húmedos .¡Subjetividad pura, por supuesto! Pues
bien. ¡Eso es la mística!
De copas…
“Me
relaciono indirectamente con el mundo vitivinícola, a través de catas
especiales o participación como jurado de concursos.
No sé si
tengo un varietal preferido en particular. Sin duda uno lleva el emblema del
Malbec Argentino en el alma, aunque debo decir que me seducen el Cabernet Franc
y el Pinot Noir”, nos va incluyendo en sus relatos Celina.
“El momento
ideal es estando sola o muy bien acompañada. Como aperitivo, durante la comida
o en la sobremesa. En el almuerzo o en la cena, aunque también a las 19:00 hs
una copita de espumante Extra Brut en verano es deliciosa bien fría…
Conclusión:
el momento ideal es cuando se da la ocasión!”.
Le
consultamos: A mayor precio mejor sabor?
“Esto no
es una regla de tres simple.
Hay vinos
económicos muy buenos en relación precio/calidad y justamente este es el
secreto de la ecuación a evaluar”.
Concluye
esta parte: “Un buen vino debe tener un delicado equilibrio entre todos los
elementos. Lo fundamental es que no tenga un bache en la boca cuando uno lo
prueba, lo degusta, lo bebe.
Aroma,
cuerpo, entrada de boca, medio de boca, final de boca, intensidad, retrogusto,
complejidad y mil matices. No puede faltar ninguno. La mejor imagen visual que
tengo para comparar a un buen vino es un espectáculo de fuegos artificiales
explotando en mi boca, con mil formas y mil colores. Si uno es capaz de
percibir eso cuando prueba un vino, está frente al vino correcto”.
Impecable!!
Conociéndote…
Tenaz, siempre buscando la mejor manera de difundir y hacer su trabajo.
Ganando espacios importantes para sus proyectos y con la mayor energía
para continuar su camino.
Tiene la sencillez de los acuarIanos, pero la fuerza de todos los
signos.
Oriunda de la ciudad de Mendoza, una de las Capitales Internacionales del Vino.
Orgullosa de su hija desde que soñó tenerla, como con todo lo que
emprende.
Julieta
Cazorla Pennisi es su faro, su luz, su motivo de vida. Otra mujer del vino
argentino en potencia, haciendo su futuro en el arte en la ciudad de Buenos
Aires.
Resumiendo su carrera: a
partir de 2000 se dedicó al análisis sensorial de vinos, aceite de oliva y
miel, por considerar que representaban la genuina producción de su tierra. Se
recibió de Técnica en Cata y Elaboración de Aceite de Oliva con Enrique Tittarelli
en 2006 y de Sommelier en “Wine Institute Mendoza” en 2011.
Desde hace algunos años,
participa de entrenamientos de análisis sensorial en el “Panel de Cata Mendoza
de Aceite de Oliva”, certificado por el Consejo Oleícola Internacional y en
Mieles a cargo del INTI Mendoza (Instituto Nacional de Tecnología Industrial).
Es invitada como juez de cata a concursos nacionales e internacionales como
“Vinus” (Vinos - Argentina), “Vinandino” (Vinos - Argentina), “La Mujer Elige”
(Vinos - Argentina), “Bonarda Argentina” (Vinos - Argentina), “Olivinus”
(Aceite de Oliva - Argentina),“Terraolivo" (Aceite de Oliva - Jerusalén,
Israel), “Cuyoliva” (Aceite de Oliva - Argentina), “Olive D'Or” (Aceite de
Oliva - Montreal, Canadá), “Apimondia” (Hidromieles - Argentina 2011 y Ucrania
2013), “Mazer Cup International” (Hidromieles - Colorado - EEUU), entre otros.
Volviendo
a la persona de Celina Pennisi, puedo afirmar que es única, atenta, excelente
profesional, buscando siempre capacitarse en un fin presente: crecer.
También
recordamos que es parte de Vendimia, de nuestra fiesta… hace unos años, su hija
Julieta, fue la representante de la Capital mendocina y anfitriona de la Fiesta
Central.
Belleza
heredada de Celina especialmente.
Una mujer
dispuesta, correcta, segura, siempre deja su huella en lo que toca.
Suma, siempre
suma. A veces el camino se le hace difícil, pero nada la detiene.
Completa
en su profesión tanto en vino, olivos y miel.
Envidiable
sus conocimientos y su manera simple de darlos a conocer a los que no son
profesionales y a la altura de los más altos, que como ella buscan llegar a
todos y aumentar el consumo.
No
pertenecer a una bodega o empresa en especial quiere decir no ser un buen canal
de desarrollo de productos y marcas.
Así
seguimos homenajeando a esas, estas y aquellas MUJERES DEL VINO ARGENTINO, en
cuya lista ya está Celina Pennisi con nosotras.
Descorchamos
un buen vino argentino y brindamos por ella!!
Equipo “Mujeres del Vino Argentino”
Claudia Corin, idea, convocatoria y edición notas.
Mariana Cordones y Ricardo Lucero, producción
Las periodistas: Cecilia Zabala y Eugenia Cano
Fotografía: Cristian Lozano
Sitio Andino: Myriam Ruiz
Medios Andinos: Mabel Cirona
Diseños: Jermindo Gutierrez
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